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martes, 31 de mayo de 2011

Los Conejos de Shaun Tan Editorial: Barbara Fiore


Los conejos
Textos: Shaun Tan

Editorial: barbara Fiore

24 x 31 cm - 32 páginas
ISBN: 978-84-936778-2-4


 


Los conejos llegaron hace muchas generaciones.
Llegaron en barco… Los conejos se propagaron por el país.
No había montaña, desierto o río que pudiera detenerlos.
¿Quién nos salvará de los conejos?
Una rica y encantadora historia para todas las edades y culturas.






Educación y Biblioteca
Año 21
n.172 julio/agosto 2009

Narrador y personaje se abren paso con su palabra y lo hacen en primera persona del plural, refiriéndose al conjunto, a lo endémico de una tierra que fue invadida por el extranjero sin consideración. Quien habla parece un canguro pero más pequeño, una de las diferentes especie de canguro que habitan Australia. Puede que sea un Walabí, un marsupial de orejas largas u cola larga; puede que sea otro animal que desconozco, o bien puede que Tan esté dibujando uno de esos bichitos marcianos, siempre perdidos en su historia ( y que sólo él sabe qué significan). La queja de Walabí, la narración de su cuento (con toda razón de ser, ya que ellos estaban allí incluso antes de que los aborígenes) se bifurca en dos discursos narrativos paralelos que conectan en un punto, se mezclan, se separan, se gruñían un ojo y se amplían. El texto de John Mardsen, por un lado, es claro y contundente: habla de las consecuencias de la plaga de conejos que se extendió en Australia, a partir de la entrada de una cuantas parejas cimarrones durante el siglo XX. Una plaga real que invadió la isla poniendo en peligro de extinción a muchas de las especies autóctonas, entre ellas los Walabís. Ese es el texto literal. La metáfora, sin embargo, cuenta las impresiones y efectos de la colonización europea del territorio: el enorme impacto sobre el hábitat y habitantes. La imagen narrativa de Shaun Tan, por otro lado, es poderosa. Tanto, que hasta que no conoces su versión de la historia no sabes quien es el narrador, quien cuenta o incluso, de quien se habla. El ilustrador australiano, autor de algunas de los mejores obras que pueblan el panorama de la literatura infantil y juvenil actual, lleva el libro álbum aun estado de perfección. Tan recrea un escenario real pero transformándolo de acuerdo a su imaginario personal, donde cabe una corona para la monarquía leporina, una amapola en el desierto, un tótem, un fragmento del Momo de Michael Ende, donde los conejos grises y su Banco del tiempo ahorran y consumen el tiempo ajeno para poder existir… Shaun Tan conoce la literatura y los recursos del medio en el que se mueve. El autor compone su parte para que todo encaje como un puzzle dificilísimo de diez mil piezas y sin cuya colaboración el libro no tendrías jamás ese sentido. Como en la maquinaria de un reloj, de un robot o la estructura de un jeroglífico todo cuenta y cada parte tiene su lugar. A veces casi se entiende un poco aunque nunca se llegue a comprender su mecanismo exacto: todo lo que él quiso decir y de alguna manera expone. Porque Tan deja una esquina de la pagina para que entre la fantasía- a veces es tan solo una mancha de tinta descuidad- y siempre surte el mismo efecto: convertir la historia por muy cruda que sea, por muy real y vivida que este sea ( y aunque no sepamos muy bien explicar por qué), en una obra de arte.
Olalla Hernadez
Especialista en LIJ




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