UN BESO Y ADIÓS
Woody emprende con su perro Pudin un viaje en un vagón de tren vacío rumbo a casa
de su abuelo.
Un cambio radical e imprevisto le ha hecho olvidar, pesaroso, muchas de las cosas
bonitas de su vida
Solo sus sueños y el variopinto paisaje del trayecto lo animan a seguir esforzándose
por crecer recto,
hasta que, poco a poco, empieza a recordar.
Para nuestros seres queridos, un beso basta para descubrir prodigios; un beso basta
para encontrar
el valor necesario para crecer rectos. Puede que todos seamos retoños,
con las esperanzas
puestas en el futuro, pero no debemos dejar nunca de besarnos.
Me gusta ir con un paraguas a recoger a mi padre a la salida del trabajo.
Me gusta acurrucarme
junto a mi madre para escucharla tocar el piano. También me gusta que entréis
cada noche sigilosamente
en mi cuarto para darme un beso. Un beso, solo un beso, y me dormiré enseguida…
Gracias por tu visita!!
Deleites Literarios
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